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jueves, 21 de mayo de 2009

La Favorita del Sultán

Poema La Favorita Del Sultán de Juan Arolas

Marcha, despiadada y cruda,

pues me quemas con tus besos,

al lucir casi desnuda

tantas gracias y embelesos.

Sol que en el cenit me abrasas

sin una nube en tu cielo,

yo te pondré dobles gasas,y no te veré sin velo:

sobre un lecho encubertado

te he hacer cubrir de flores,

y serás vergel cerrado,

donde se oculten mis amores.

¡Judía, que por fortuna

de mi ser eres sirena,

como tú no vi ninguna,ni cristiana ni agarena!

Tú te ríes y te alegras

cuando en mí los bríos faltan,mientras tus pupilas negras

ebrias de placer te saltan.¿Quién ha de romper tus lazos?

Enamoras, avasallas,y un día de tus abrazos

rinde más que cien batallas.¡Deja tu delirio ciego!

…Mientras en tu seno hermoso

me adormeces con el ruego,mientras cantas y reposo,

febles sufren mis soldados

la ignominia en sus derrotas;y en los mares agitados

pierdo mis avaras flotas:pierdo a Egipto

y sus llanuras,donde las auras regaladas

mecen las espigas puras

en las cañas encorvadas;donde las moles eternales

donde el orgullo está escrito,se alzan en los arenales

con la esfinge de granito;cuyo párpado despierto

jamás una vez cerraron

ni los vientos del desierto,ni los siglos que pasaron.

Tú me encantas, y consientes

que amenacen mis dos mares

las águilas de dos frentes

de los ambiciosos zares.

¡Guay el autócrata un día

no venga a tomar mi harem,y por ser esclava mía

conmigo mueras también!No desnudes por mi amor

ese tu seno hechicero,y deja que tu señor

vaya a desnudar su acero.

Que tiña en sangre su filo,que levante en sus furores

pirámides junto al Nilo

de cabezas de traidores.Mas ¡ah!… ¡mis votos fallidos

dejarás con ilusiones,rémora de los sentidos,

imán de los corazones!Porque el más adusto moro

que a las lides se partiera,puesto a contemplar tu lloro,

riendas al corcel volviera.Yo caricias he probado

de unas hermosas de nieve,cuyo beso regalado

con grata emoción conmueve.

Pero tu beso, sultana,dulce beso humedecido

de esos tus labios de grana,me enloquece, me ha perdido.

Desprecio, pues, mis riquezas,y cual vanos oropeles,

mis títulos y grandezas,mis tropas y mis bajeles.

Mis palacios no deseo con dilatados confines,ni mis casas de recreo,

con estanques y jardines

ni del Arabia dichosa

los más exquisitos dones,ni frescos baños de rosa,

ni púrpuras, ni bridones;ni el nombre que se me da,

de señor de mar y tierra,de sombra augusta de Alá,

príncipe de paz y guerra.

Desprecio las dignidades de mis bélicas proezas,

y mis pueblos y ciudades con torres y fortalezas.

Y haré decir al diván que no tengo más estados,

que mi pipa, mi atagán,
y tus ojos adorados.

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